CARLiN Ventas Directas, la cadena líder en papelería, ha visto siempre en el mercado portugués una forma de negocio altamente competitiva, además de ser la expansión natural de cualquier negocio español que se desee internacionalizar.
Es más, la presencia de la enseña en Portugal es un reto, ya que supone exportar el modelo a una realidad diferente. Pese a las semejanzas con España, el país luso tiene una idiosincrasia particular. Por ello, “CARLiN ofrece al mercado una forma de presentar el mundo de la Papelería fresca y dinámica, apostando por la imagen, la proximidad y la agilidad en nuestros equipos a la hora de gestionar las necesidades del protagonista: el cliente” comenta Carlos García Director de Marketing de CARLiN para Portugal.
Además, en el día a día, la enseña tiene que competir con firmas muy implantadas, con una larga tradición en el sector y una imagen de marca notoria. Aún así, la enseña tiene lo más importante, “la capacidad de innovación que otros competidores ya han perdido, que nos está posicionando en un lugar de referencia entre los protagonistas del mercado de la Papelería en Portugal”, argumenta el Director de Marketing.
Una red para crecer
Por otro lado, frente a la crisis mundial, CARLiN Portugal se ha valido de
varias herramientas para minimizar su impacto. “Además de implantar nuestra central y un almacén logístico al servicio de los franquiciados, se han producido desarrollos en el apartado de marketing, tanto en catálogos de producto, como en el site corporativo o la plataforma de compras on-line. También se ha producido un afianzamiento en la relación con los proveedores y, lo más importante, la entrada en la red de nuevos emprendedores altamente dinámicos”, agrega García.
Es más, CARLIN Portugal sabe que puede llegar muy lejos en este mercado ya que tiene un concepto muy interesante, tanto para el franquiciado que desea entrar en la red, como para el cliente final. “Se dan todas las directrices para que la marca continúe creciendo y dando valor añadido a quienes se relacionan con ella, tanto en España como en Portugal” añade García.
La importancia de la delegación lusa
En cuanto al peso de CARLiN Portugal en el grupo, Carlos García lo tiene claro. “Hay que tener en cuenta que la central de Madrid es la sede corporativa del Grupo CARLIN a todos los efectos. La central en Portugal se creó para dar un apoyo a los franquiciados portugueses a nivel operativo, aportando cercanía física y una mayor adaptación a la realidad del mercado Portugués. Pero la sede en España, como país de origen de la red, continua siendo el principal hilo conductor en la relación existente entre todos los franquiciados y los proveedores, así como el núcleo donde se genera la estrategia global del Grupo”, explica.
En cuanto al objetivo logístico de esta delegación, el directivo recalca que es un aspecto absolutamente controlado ya que en cuanto a los proveedores depende al completo de ellos y en el caso de los clientes se realiza con medios propios y el apoyo de un partner en transportes. “El franquiciado sólo se tiene que preocupar con los envíos a sus clientes finales, que se suelen hacer con medios propios o/y a través de agencia de transportes. Como cada franquiciado trabaja un área de exclusividad próxima, se consiguen plazos de entrega muy rápidos. Igualmente, y para evitar roturas de stock, existen dos almacenes reguladores en Portugal, siendo la central uno de ellos, que sirven a los franquiciados como recurso ante un posible desabastecimiento. El objetivo a nivel logístico es claro: que el franquiciado pueda servir al cliente de la forma más rápida y operativa posible. Con el trabajo en equipo que se da entre los proveedores, el almacén regulador y el propio franquiciado, lo conseguimos” concluye Carlos García.
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