Además la AEF anima a mirar hasta este punto geográfico ya que en Taiwán no existe una legislación específica que regule la actividad de las enseñas. “Son los propios franquiciadores quienes deciden bajo que legislación se amparan, la taiwanesa o la de su propio país de origen. Es algo que debe suponer un gran empujón para todos aquellos que estén pensando en la internacionalización, ya que el poder salir de nuestras fronteras y evitar uno de los obstáculos más comunes a la hora de expandirse, como es el de adaptarse a unas nuevas leyes y formas de establecer un negocio, es de agradecer”, comenta Abadía.
Por último, y con el fin de demostrar el abanico de posibilidades que ofrece Taiwán, la AEF recalca el caso de las franquicias españolas que operan en este país asiático. “Mango, Loewe o Lladró son marcas muy afianzadas pero las oportunidades que se abren con un mayor potencial son las relativas al ámbito de las infraestructuras, las telecomunicaciones, el transporte o la energía. Eso sí, sin dejar de lado sectores como el de la belleza, la alimentación saludable o el mundo textil debido al prestigio que tienen en Taiwán la moda española”, finaliza Abadía.
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